Continuando con la respuesta china ante el arancel aplicado a los paneles solares, China prosigue con la contienda comercial con mercados del antiguo continente, especialmente con los países que trabajan en el comercio mundial.
En cuantiosas ocasiones, cuando un país fija medidas represivas a importaciones de un determinado artículo, aún siendo con fin protector, el país perjudicado se resguarda adoptando medidas semejantes al objeto de disputa en cuestión o bien, a un grupo de productos. Por ello, España ha expresado su preocupación frente a la decisión del gigante rojo de iniciar un control más exhaustivo a los subsidios de los comerciantes de vino europeos (incluido el vino a granel).
No se tiene ninguna duda, de que esto es una simple contestación al arancel en discordia.
La UE defiende la aplicación de estas medidas antidumping, requeridas por el propio sector al observarse una gran desarrollo de la fabricación de su género dentro de Europa. Este hecho se explica por las ayudas dadas para la producción y exportación de componentes solares. Sea por este u otro motivo, lo cierto es que el sector europeo ha quedado sepultado, concretamente España. Francia e Italia han aplicado disposiciones para subsanar esta colisión con China y reducir los daños económicos. Coincidiendo en esta zona europea la producción de ambos protagonistas (vinos y equipos solares).
La Federación Española del Vino menciona que China es uno de los mercados con mayor progresión y donde más afán de posicionamiento se está ejerciendo.
España se encuentra en segunda posición como exportador de la UE a China, siguiendo a Francia, la más dañada en este trance.
En el último año, las transacciones con China han descendido un 30% su volumen, pero por el contrario, ha crecido su valor en 12%. Además en el contexto del Plan Nacional sobre drogas se estudia recoger el etiquetado de las bebidas alcohólicas un mensaje de advertencia a los menores para disminuir su consumo. En contraposición, hemos de destacar que el vino, sigue considerándose un alimento que forma parte de la dieta mediterránea.
El Ministerio de Agricultura, defiende que hay que dejar al vino al margen de este proyecto, concretamente, desde comienzos del siglo XXI, España ha disminuido el consumo del vino en torno al 34% según la OIV (Organización Internacional del Vino).
Es momento de eliminar asperezas y estrechar lazos entre estos dos gigantes económicos.