Durante el pasado 2015, únicamente por imposición indirecta (IVA más Impuestos Especiales), el sector de las bebidas espirituosas contribuyó al Erario Público con 1.300 millones de euros. A ello contribuyó un incremento de las ventas del 2% tras una década completa de crecimiento negativo, alcanzando los 190 millones de litros.
Este es uno de los argumentos que esgrime el sector de las bebidas espirituosas para volver a solicitar al Estado un marco fiscal estable. Y es que, tal y como afirma la industria, las subidas de los impuestos especiales que se han producido en los últimos años han carecido de efecto recaudatorio alguno para la administración central, y sin embargo sí han producido graves consecuencias en el sector. De hecho, actualmente la recaudación se encuentra bastante por debajo de la de hace diez años a pesar de que durante todo ese periodo los tipos impositivos aplicados a las bebidas espirituosas se han incrementado hasta cuatro veces.
Lo que demanda la Federación Española de Bebidas Espirituosas (FEBE) es la necesidad de reestructurar los impuestos especiales que soportan las bebidas espirituosas y su capacidad real de recaudación, así como la necesidad de disponer de un marco fiscal estable.
Síntomas de recuperación en la industria
Otro dato positivo en relación a la paulatina pero evidente recuperación del sector es que el 2015 ha sido el primero de los últimos diez años en el que se han incrementado los datos de comercialización y exportación de bebidas espirituosas (desde se inició la crisis la industria ha experimentado una caída del 40%). De hecho, las exportaciones crecieron cerca de un 5% y superaron los 40 millones de litros de alcohol puro (donde, por cierto, un 80% de las mismas correspondieron a los aguardientes, incluido el brandy, cuyos principales mercados son Filipinas, México y Estados Unidos). Todo ello le ha llevado a generar actualmente un volumen de negocio de 7.585 millones de euros y casi 330.000 puestos de trabajo, directos e indirectos.
En cuanto a las categorías de productos, el whisky representó el 26% del total de la comercialización de bebidas espirituosas producidas en España, seguido de la ginebra (20%), el ron (17%), los licores (12%) y el brandy (11%).